
13 Nov Así debe ser la niñera de su hijo
Tenga en cuenta la calidad humana de la persona que cuidará su niño.
A Los padres, y en especial las madres de hoy, para quienes la vida del hogar ha cambiado, pues las obligaciones del trabajo, el crecimiento profesional y su desempeño como esposas y madres les demandan un manejo diferente del tiempo y sus actividades, y que deben elegir a la persona que las apoyará con el cuidado del bebé, esta es la tarea que mayor atención, cuidado y responsabilidad les exige.
No solo porque será quien permanezca gran parte del tiempo con su hijo, sino porque esa persona estará a cargo de pequeños, incluso de tres meses de nacidos, entrando a reemplazar a las madres al terminar la licencia de maternidad, así que la capacitación y experiencia deben ser factores primordiales al momento de escogerla, pues su labor abarcará la alimentación, salud y compañía amorosa de su bebé.
Y es que la niñera, o nana, es una persona que entra a formar parte del grupo de cuidadores del niño, a ser casi un integrante más de la familia. Es más, esa persona, en ocasiones, se torna más importante que los otros cuidadores de la familia extensa, como los son abuelos, tíos, primos, pues el vínculo que el niño construye con ella es muy estrecho y tendrá una gran influencia en su desarrollo general.
Las cuidadoras deben elegirse de acuerdo con la edad del niño. Con los pequeños de meses es mejor que cuenten con una persona idónea en casa, donde puedan estar acompañados por otros familiares que verifiquen su experiencia, cuidado y atención con el niño. Ya más grandes, cerca del año, de ser necesario, se puede pensar en tomar los servicios de una salacuna para su hijo.
¿Qué exigir?
¿Qué debe tener una cuidadora o niñera? Responder esta pregunta es muy difícil, pues las cualidades, la capacitación y la experiencia deben compaginarse con valores, simpatía y calidez humana, y así las cosas, nunca es suficiente y es casi imposible encontrar a la persona perfecta que llene todas las expectativas, pero hay que mediar y buscar en esa persona las características que más se ajusten a las formas de cada familia.
Una buena niñera debe ser responsable, educada, tener empatía y ser cariñosa, preferiblemente con experiencia en el cuidado de niños, ser recursiva y creativa, ya que los niveles de atención y motivación de los niños varían rápidamente; demostrar autoridad y disciplina, manteniendo una relación amorosa con el niño; ser flexible y ajustarse a sus necesidades; ser puntual, esto es importante si el pequeño debe quedar con ella a una hora indicada para sus padres, o si debe llevarlo a citas médicas o actividades diversas.
De tal forma, al acudir a una niñera lo que se busca es integrar un equipo de trabajo con igualdad de criterios para alcanzar las metas de desarrollo del niño. Es lógico pensar que los sentimientos de las personas sean diferentes; por eso, el niño percibe en el día a quién puede actuar con firmeza o con debilidad, y el resto del tiempo, a otras personas con tratos diferentes, entre ellas a su propia madre.
En el caso de la madre que trabaja, en muchas ocasiones se crea un sentimiento de culpa por el «abandono» al tener que dejar a su hijo por sus obligaciones laborales, lo que la lleva a actuar, cuando está con él, de manera inadecuada, con debilidad y sobreprotección, poniendo en riesgo todo lo construido durante el día. Como consecuencia, habrá diferentes tipos de comportamiento en el niño, él actuará muy juicioso con la niñera y de manera indeseable con los padres.
Las cuidadoras deben conocer las etapas de desarrollo de los niños, entender los diferentes tipos de familias e integrarse.
¿Dónde buscar una buena niñera?
Existen varias formas de conseguir una niñera idónea, pero la primera y mejor es preguntando a familiares, amigos o conocidos, pues ellos podrán recomendar fácilmente y proporcionar datos sobre la persona capacitada.
Otros medios pueden ser las agencias especializadas, son un buen recurso, pues proporcionan referencias certificadas y, usualmente, ayudan con el trámite de contratación y pago, y en ocasiones brindan capacitación a las niñeras, lo que resulta un plus al aumentar sus competencias y habilidades?.
Lo importante es que los padres verifiquen la idoneidad de quien al final tendrá a su cargo la responsabilidad de cuidar a su hijo. Para ello, comprobar su experiencia en la atención de accidentes o emergencias, y su práctica para responder ante situaciones como caídas, fiebres y apoyo escolar.
Es bueno que se le entreguen teléfonos de contacto y una guía de las personas a las que acudir.
Finalmente, el mejor indicador de las competencias adecuadas de la niñera serán los propios niños, pues cuando son muy pequeños no pueden emitir opiniones, pero sí su bienestar y salud reflejan el cuidado con el que han sido atendidos; con los mayorcitos, se puede indagar cómo les fue con la niñera, qué hicieron durante el tiempo que permanecieron con ella y si se sienten a gusto. Esta es la mejor forma de confirmar las cualidades de las niñeras o cuidadores, que al final son un apoyo primordial en el desarrollo de los niños.
No olvide…
Al escoger a la niñera, nana o cuidadora de su hijo, procure hacer esta lista de condiciones y verificar que se cumpla la mayoría de estas.
– Experiencia. La aspirante debe tener recomendaciones de sus anteriores trabajos y poder certificar experiencia en el cuidado de bebés y niños.
– Entrevista. Cuando los padres entrevistan a las aspirantes, la empatía y el carisma de la persona es un factor a tener en cuenta en la elección, pues en resumen su forma de ser y dedicación será lo que prime en la atención del niño.
– Aceptación del niño. Es bueno que la futura cuidadora tenga un primer contacto con el bebé o niño que atenderá, así podrán observar qué empatía tienen con ella. En los bebés es más difícil de medir, pero las madres pueden percibir qué tan calificada o no está con el solo hecho de cargarlos o tomarlos en sus brazos.
– Presentación personal. Aunque parece una exigencia menor, la limpieza de sus manos, la pulcritud y el aspecto personal son decisivos, pues no hay que olvidar que esa persona será la que tenga contacto directo con el bebé. Además, es la persona que un momento dado los representará como familia, ante un médico o en actividades públicas, y es la persona que será un referente para su hijo.